Las antigüedades científicas esconden en su interior toda la pasión por el saber del ser humano, así como su increíble ingenio a la hora de intentar abarcarlo. Dentro de este campo podemos encontrar todo tipo de piezas: desde fascinantes microscopios hasta material de laboratorio, así como magníficos instrumentos de ingeniería.
Pero son las anti...
Las antigüedades científicas esconden en su interior toda la pasión por el saber del ser humano, así como su increíble ingenio a la hora de intentar abarcarlo. Dentro de este campo podemos encontrar todo tipo de piezas: desde fascinantes microscopios hasta material de laboratorio, así como magníficos instrumentos de ingeniería.
Pero son las antigüedades científicas más curiosas y especiales las que muchas veces, despiertan mayor admiración. Barómetros antiguos, termógrafos de época, raros barógrafos, curiosos anemómetros e instrumentos náuticos con misteriosas singladuras a sus espaldas conforman un universo muy especial, digno de las mejores novelas de ciencia y aventuras.
El ingenio de los inventores de la segunda mitad del siglo XIX se despliega en los barómetros antiguos y los barógrafos antiguos presentes en nuestras colecciones. El barómetro es un elemento que mide la presión atmosférica; forma parte del mecanismo del barógrafo, un instrumento que refleja dichas mediciones en bobinas de papel, de las cuales se obtienen datos para realizar las predicciones atmosféricas.
Los barómetros antiguos funcionan según el mecanismo inventado por Evangelista Torricelli en 1643, aunque el nombre definitivo de estos instrumentos les fue otorgado por Edme Mariote veintitrés años después. En cuanto a los barógrafos antiguos, su mecanismo se basa en el sistema diseñado por Alexander Cumming alrededor de 1760. Con este instrumento, Cunning afirmó realizar el primer registro de la historia mediante el uso de una célula aneroide.
Otras antigüedades científicas que despiertan nuestra curiosidad son los anemómetros antiguos. Estos fascinantes instrumentos, fundamentales en meteorología, se encargan de medir la velocidad del viento. Al parecer, los primeros anemómetros fueron inventados por la civilización maya (1200-1400 a.C.), donde se han encontrado signos del uso de instrumentos similares. Pero no es hasta 1450 cuando se construye el primer anemómetro tal y como lo conocemos. Fue diseñado por León Battista Alberti, humanista de referencia y figura esencial del Renacimiento italiano.
Los anemómetros antiguos que podemos encontrar hoy en las mejores colecciones están fabricados de acuerdo a su diseño original: un disco con un péndulo móvil que oscilaba accionado por el viento, con una escala que marcaba su intensidad. En la actualidad, es posible admirar anemómetros antiguos fabricados en el siglo XIX o a principios del siglo XX, con mecanismos más complejos que combinan un sistema de cazoletas o aspas con un dial o esfera numerada.
Las brújulas antiguas son piezas muy buscadas por los amantes de las antigüedades náuticas. La belleza del latón pulido, la mágica precisión de sus mecanismos y su estética de principios de siglo nos transportan tiempos pasados, cuando los viajes en barco duraban meses… Se cree que las primeras brújulas fueron inventadas en China en el siglo IX: su mecanismo, una aguja que flotaba sobre una vasija llena de agua, es similar al de la mayoría de las brújulas antiguas que se conservan en la actualidad.
Sin embargo, hay voces que sugieren que pudieron ser inventadas también en Europa de forma independiente: curiosamente, la aguja de las brújulas antiguas chinas apuntaba al sur, mientras que las brújulas antiguas europeas siempre señalan el norte. La invención de la brújula supuso un enorme avance, sobre todo para la navegación marítima, que hasta entonces se guiaba según la posición de los cuerpos celestes.
Nuestra colección de antigüedades científicas no solo se circunscribe a estos magníficos instrumentos. En ella es posible encontrar también termógrafos antiguos, curiosos relojes de sol con más de un siglo de antigüedad, colecciones de muestras o especímenes para microscopios que formaron parte de laboratorios de época… Todo el saber de los científicos de tiempos pasados, condensado en los aparatos más atractivos e ingeniosos de la antigüedad.
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