Dentro del campo del coleccionismo, los relojes de pie antiguos merecen una sección propia por su belleza y su espectacularidad. Su imponente presencia hace que hoy sigan siendo apreciados y utilizados en decoración, donde brillan en ambientes de estilo clásico y destacan como piezas exclusivas en interiores eclécticos y contemporáneos. En los p...
Dentro del campo del coleccionismo, los relojes de pie antiguos merecen una sección propia por su belleza y su espectacularidad. Su imponente presencia hace que hoy sigan siendo apreciados y utilizados en decoración, donde brillan en ambientes de estilo clásico y destacan como piezas exclusivas en interiores eclécticos y contemporáneos. En los primeros tiempos, los relojes de pie solo estaban al alcance de las clases altas por su elevado coste. Además, su gran tamaño solo era adecuado para estancias grandes y de techos altos (algunos alcanzan los 2,40 metros de altura). Actualmente los relojes de pie antiguos son artículos de gran valor realizados con maderas nobles y mecanismos de alta precisión, alcanzando precios muy elevados en tiendas y subastas.
Los relojes de antesala antiguos son similares a los de pie, pero más grandes y con mecanismos más sonoros. Su nombre se debe a que se solían colocar en la entrada o antesala de las casas para poder escuchar la hora desde cualquier espacio de la vivienda. También conocemos estos relojes como “relojes de abuelo” antiguos, un nombre que tiene su origen en la Norteamérica de finales del siglo XIX.
Historia de los relojes de pie antiguos
Como la de todos los relojes mecánicos, la historia de los relojes de pie o antesala se remonta al siglo XVII, cuando Galileo Galilei se dedicó a investigar las posibilidades del movimiento del péndulo para medir el tiempo. Sus estudios fueron puestos en práctica por Christian Huygens, quien fabricó el primer reloj de péndulo conocido. Poco a poco el mecanismo fue haciéndose más compacto y pequeño, hasta dar lugar a los primeros relojes de pared. En 1658 el británico Robert Hooke desarrolla el primer escape de áncora, que vino a sustituir al escape catalino empleado hasta entonces. Este mecanismo permitía un movimiento pendular más corto, que hizo posible fabricar cajas más estrechas para los relojes de pared.
El descubrimiento de Hooke fue aprovechado por el relojero inglés William Clement, que en 1670 construyó el primer reloj de pie del que se tiene noticia. El reloj estaba dotado del mecanismo de péndulo real (o péndulo de segundos) creado por el propio Clement, con un margen de error de solo 10 segundos al día. El reloj medía más de 2,10 metros de altura y llevaba paneles de vidrio en el frontal para mostrar el péndulo y las pesas. En pocos años, Thomas Tompion (famosísimo relojero inglés considerado el padre de la relojería británica) empezó también a fabricar relojes de pie.
El nombre de “reloj de abuelo” tiene su origen en una curiosa anécdota. En 1875, el cantante y compositor norteamericano Henry Clay Work hizo muy popular la tonada “The Grandfather Clock” (“El reloj abuelo”), en la que contaba la historia de un reloj de pie. La fama de la canción traspasó fronteras e hizo que los relojes de pie, desde entonces, reciban también el nombre de Grandfather o “de abuelo”.
Relojes de pie antiguos: materiales
Los relojes de pie antiguos destacan por la gran calidad de los materiales con los que están fabricados. Las cajas suelen ser de madera maciza, normalmente especies nobles como el nogal, la caoba, el cerezo o incluso el ébano. La cara frontal lleva paneles de vidrio para mostrar la esfera, el péndulo y las pesas. Muchos de estos relojes están decorados con detalles de marquetería o taracea y con piezas talladas a mano de distintos estilos (dependiendo de la época y la moda). También hay modelos con incrustaciones de latón o bronce dorado, e incluso con detalles decorados con pan de oro.
Tan imponentes como elegantes, los relojes de pie antiguos destacan en todos los espacios por sus diseños y su envergadura. Son piezas de enorme interés, tanto para coleccionistas como para amantes de la decoración y de la artesanía de calidad.
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