Bronces y calaminas Las esculturas y figuras antiguas realizadas en aleaciones de metal son todo un clásico en decoración y coleccionismo. Las técnicas de metalurgia con aleaciones son conocidas desde hace milenios: concretamente, desde la Edad del Bronce, que se calcula tuvo lugar entre los años 3.000 y 1.200 a.C., aproximadamente. Hoy podemos encontrar preciosos ...
Las esculturas y figuras antiguas realizadas en aleaciones de metal son todo un clásico en decoración y coleccionismo. Las técnicas de metalurgia con aleaciones son conocidas desde hace milenios: concretamente, desde la Edad del Bronce, que se calcula tuvo lugar entre los años 3.000 y 1.200 a.C., aproximadamente. Hoy podemos encontrar preciosos bronces antiguos a la venta, con un amplio abanico de precios y opciones que hacen posible iniciarse en el coleccionismo de arte a la gran mayoría del público. Pero las estatuas de bronce no son la única opción: las calaminas antiguas son una estupenda alternativa para aquellas personas que deseen empezar o ampliar su propia colección.
Esculturas de bronce y calamina: un poco de historia
Como comentábamos, la Edad del Bronce recibe ese nombre porque fue durante esos años cuando desarrolló la metalurgia de este material. El bronce es una aleación de cobre y estaño, siendo el cobre el metal de base. El estaño aparece en la aleación en una proporción entre el 3 y el 20%, dependiendo de la mezcla. Es un material fundamental en la Historia de la Humanidad, ya que fue la primera aleación de calidad creada por el hombre. El bronce se empleaba para construir armas, utensilios prácticos, joyería o monedas, pero también para la creación de objetos de arte.
En el Antiguo Egipto, las estatuillas de bronce eran habituales; pero fue la civilización griega la que creó por primera vez estatuas de gran tamaño. Los romanos, por su parte, hicieron suya esta técnica y la perfeccionaron. Un buen ejemplo es la cabeza de caballo encontrada en un yacimiento alemán, fechada en el siglo I y bañada en oro, que ha sido tasada en cerca de 1,7 millones de euros y hoy se puede admirar en el Fuerte Romano de Saalburg (Alemania).
Por su parte, el origen de las esculturas de calamina es bastante más reciente. En esta aleación intervienen tres elementos: calamina (carbonato de cinc), estaño y plomo. Fue en tiempos de la Revolución Francesa cuando se empezó a emplear para confeccionar estatuas y figuras, debido a la escasez de cobre (imprescindible para realizar bronce y latón) originada por las revueltas. La calamina permitió seguir creando objetos de arte y para decoración; para mejorar su aspecto, las figuras eran policromadas, doradas o patinadas a posteriori. La época de mayor esplendor de las calaminas antiguas se sitúa entre finales del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con el auge de estilos como el Art Nouveau o el Art Déco.
Qué es más interesante: ¿Comprar bronces antiguos o comprar calaminas antiguas?
Por supuesto, no tenemos una respuesta categórica para esta pregunta. Todo depende del interés y el gusto del comprador, de la disponibilidad de piezas de calidad, del destino que quiera darles a los objetos y de su presupuesto. En todo caso, ambas opciones permiten conseguir obras de arte llenas de belleza, encanto e historia, perfectas para decorar una estancia o deslumbrar en una vitrina dedicada a la mejor de las colecciones.
Y no hay por qué circunscribirse tan solo a los bronces y las calaminas. Existen otras alternativas para aquellas personas interesadas en comenzar una colección de arte: sin ir más lejos, las estatuas de resina y otros productos artísticos. Es el caso de las famosas ‘Nanas ‘de la artista francesa Niki de Saint Phalle, que hoy alcanzan cifras desorbitadas en las subastas. O, dentro del campo del coleccionismo, de las deliciosas figuras de resina policromada del escultor valenciano Juan Ripollés. Fantásticas piezas llenas de belleza y expresividad, perfectas para iluminar los espacios con el carácter único de las obras de arte más especiales.
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