Grabados Antiguos Los grabados antiguos son obras de enorme calidad y valor, perfectas para iniciarse en el coleccionismo de arte. A diferencia de las pinturas al óleo o las esculturas de bronce, por poner dos ejemplos, los grabados suelen tener un precio más asequible y también resultan más fáciles de utilizar como parte de la decoración. Pero no todos los graba...
Los grabados antiguos son obras de enorme calidad y valor, perfectas para iniciarse en el coleccionismo de arte. A diferencia de las pinturas al óleo o las esculturas de bronce, por poner dos ejemplos, los grabados suelen tener un precio más asequible y también resultan más fáciles de utilizar como parte de la decoración. Pero no todos los grabados son iguales: existen muchas técnicas distintas, empleadas a lo largo de los siglos, que aportan una impronta muy especial a las obras realizadas con ellas.
Normalmente, los nombres de estas técnicas proceden del material con el que se realizan las planchas o del proceso o los productos empleados para su confección. Las más habituales son las siguientes:
- Aguafuerte. El nombre de esta técnica procede del término popular empleado para designar al ácido nítrico, el agente químico utilizado para desgastar la plancha de grabar. El procedimiento surge en el siglo XV en Europa, coincidiendo en dos países: Alemania e Italia. Durante este siglo, no fue una técnica muy utilizada por los artistas; sin embargo, se sabe que maestros como Alberto Durero o Lucas Van Der Leyden realizaron aguafuertes con planchas de hierro y cobre, respectivamente. La técnica consiste en aplicar un barniz resistente al ácido sobre una plancha de metal y trazar después el dibujo con un punzón, rascando el barniz para dejar el metal al descubierto. Al bañar la plancha en ácido, este corroe solo las partes descubiertas, dejando el dibujo grabado en la plancha. A continuación, solo queda aplicar la tinta y presionar la plancha sobre el papel.
- Litografía. Esta técnica consiste en grabar planchas sobre piedra para después imprimir los dibujos en papel. Deriva del término griego “litos”, piedra. Su origen es más tardío que el del aguafuerte; se cree que fue descubierta por el impresor alemán Alois Senefelder en 1796. La litografía ha sido empleada por grandes artistas, tanto antiguos como contemporáneos: podemos citar nombres como Francisco de Goya o Pablo Picasso, sin ir más lejos. Existe una variante, llamada cromolitografía, que permite obtener distintos colores sobre una misma obra a través de sucesivas impresiones.
- Xilografía. Muchos grabados antiguos y modernos se han realizado mediante la técnica de la xilografía. Su nombre proviene de la palabra griega “xilos”, madera, y hace referencia a las impresiones realizadas presionando una plancha de madera grabada y entintada sobre un papel. Se trata de una técnica que combina la talla y el grabado, ya que las planchas se graban a mano empleando gubias y formones para vaciar el dibujo a reproducir. La xilografía fue muy empleada por grandes artistas como Alberto Durero o los grabadores japoneses de la escuela Ukiyo-e. Los expresionistas alemanes de principios del siglo XX, con Ernst Ludwig Kirchner a la cabeza, recuperaron esta técnica entonces olvidada para difundir sus obras.
- Fotograbado. Esta curiosa técnica combina dos disciplinas artísticas: el grabado y la fotografía. El proceso comienza con la realización de una fotografía, para después impregnar una plancha de metal con una capa de un producto fotosensible y soluble en disolvente alcohólico. A continuación, se coloca el negativo de la fotografía delante de la plancha y se proyecta luz sobre ella; la luz actúa sobre el producto fotosensible, eliminando la capa por zonas. Por último, la plancha se sumerge en una solución ácida que corroe las zonas “limpiadas” por la luz. Podríamos decir que es una combinación entre la técnica del aguafuerte y el proceso fotográfico: un ingenioso método para reproducir fotografías. Esta técnica, desarrollada en 1820 por Joseph Nicéphore Niépce, ha permitido conservar magníficos grabados antiguos de un realismo espectacular. Un proceso similar fue el inventado en 1856 por Louis Alphonse Poitevin y mejorado por Joseph Albert, conocido con el nombre de fototipia.
Existen muchas otras técnicas que han sido empleadas a lo largo de los siglos para realizar grabados antiguos: la aguatinta, la linografía (grabado sobre plancha de linóleo), la punta seca, la mediatinta… Y otras más modernas, como la serigrafía que tanto utilizó el artista pop Andy Warhol. Todas ellas hicieron posible la popularización y la divulgación del arte, y hoy día nos permiten contar con fantásticas obras maestras, perfectas para incluir en nuestras colecciones.
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