Si hay un objeto de coleccionismo que levanta pasiones entre los amantes de las antigüedades, esas son las cámaras antiguas. El arte de la fotografía es, de por sí, fascinante. Hace décadas, captar imágenes sobre placas u hojas de papel gracias a la acción de la luz parecía cosa de magia; y hoy día sigue despertando nuestra admiración. Las cámar...
Si hay un objeto de coleccionismo que levanta pasiones entre los amantes de las antigüedades, esas son las cámaras antiguas. El arte de la fotografía es, de por sí, fascinante. Hace décadas, captar imágenes sobre placas u hojas de papel gracias a la acción de la luz parecía cosa de magia; y hoy día sigue despertando nuestra admiración. Las cámaras fotográficas digitales han dejado definitivamente atrás el encanto del proceso de positivado, mediante el cual las imágenes fotografiadas surgían paulatinamente sobre una hoja de papel impregnada de emulsión. Sin embargo, todavía hay muchas personas que aman las cámaras fotográficas antiguas, las coleccionan y las utilizan para obtener instantáneas. Son imágenes muy especiales, con un intenso poder de atracción que ninguna fotografía digital ha sido capaz de igualar.
La historia de las cámaras fotográficas tiene un origen muchísimo más antiguo que el de la fotografía en sí. Para rastrear sus comienzos nos debemos remontar hasta el siglo IV antes de Cristo, cuando el filósofo chino Mozi sentó los fundamentos del funcionamiento de la cámara oscura. A lo largo de los siglos hubo más científicos que se interesaron por la óptica y la reflexión de las imágenes; en el siglo XI, el físico árabe Ibn al-Haytham escribió importantes tratados en los cuales se reflejan experimentos realizados en una habitación oscura, en la cual entraba luz a través de un pequeño agujero. Sin embargo, no fue hasta el año 1816 cuando se construyó la primera cámara fotográfica de la historia. Su creador fue Nicéphore Niepce, quien logró realizar algunas instantáneas sobre papel impregnado de cloruro de plata, una de las cuales (Vista desde la ventana en Le Gras, 1826-27) ha sobrevivido hasta nuestros días.
A lo largo del siglo XX, la evolución de las cámaras antiguas hasta los diseños que conocemos en la actualidad ha sido realmente vertiginosa. Hitos como la aparición de la primera cámara con película incorporada (diseñada por George Eastman en 1885), las fotografías instantáneas de Polaroid (presentadas en 1947) o el lanzamiento de las cámaras digitales (el primer modelo lo diseñó el ingeniero Steven J. Sasson en 1975 para Kodak, aunque no estaba destinado a su comercialización) son claves en la historia de las cámaras fotográficas. En la actualidad, la evolución final ha llegado hasta las cámaras de los teléfonos móviles, que son capaces de ofrecer imágenes de altísima calidad con la posibilidad de realizar edición in situ.
Las cámaras de fotos antiguas, entendiendo como tales las fabricadas y comercializadas antes de los años 60 del siglo XX, presentan distintos formatos y tipos. Los más importantes son:
Fueron las primeras que aparecieron en el mercado. En un principio, los únicos que tenían acceso a ellas eran los fotógrafos, ya que eran una inversión necesaria para el ejercicio de su profesión. Las personas acudían a retratarse al estudio en los momentos importantes de la vida: bautizos, bodas, fallecimientos… Normalmente se trataba de cámaras de fuelle o plegables, aparatosas piezas que se colocaban sobre un trípode. Estas cámaras se utilizaron hasta los años 30 del siglo XX, cuando fueron definitivamente desplazadas por los modelos de película.
Como hemos comentado, la primera cámara con rollo de película fue diseñada por George Eastman en 1885 y comercializada por su empresa, Kodak. Con las lógicas mejoras desarrolladas a lo largo de las décadas, estas cámaras mantuvieron su diseño durante todo el siglo XX, hasta la llegada de la tecnología digital. Un buen ejemplo de su magnífico funcionamiento son las cámaras antiguas Leica, verdaderos iconos del fotoperiodismo que a día de hoy siguen teniendo legiones de fans, y que muchos fotógrafos continúan utilizando. Dentro de las cámaras fotográficas antiguas con película, la firma Leica desarrolló el primer modelo para película de 35 mm en el año 1925, que se convertiría en el formato más habitual.
Dentro del mundo de la fotografía de época, además de cámaras también podemos encontrar otros aparatos fotográficos antiguos que despiertan el interés de aficionados y profesionales. Los objetivos, visores, trípodes y accesorios para cámaras, junto con los proyectores y visores antiguos para fotografía estereoscópica, conforman un universo de artículos exclusivos que a día de hoy siguen conservando todo su poder de fascinación.
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