Las fotografías antiguas despiertan una fascinación solo equiparable a las primeras películas, filmadas por los pioneros del cine. El descubrimiento de las técnicas fotográficas se puede calificar como un enorme avance, tanto para la historia (por su capacidad de inmortalizar momentos históricos) como para el arte y la sociedad. Desde los primer...
Las fotografías antiguas despiertan una fascinación solo equiparable a las primeras películas, filmadas por los pioneros del cine. El descubrimiento de las técnicas fotográficas se puede calificar como un enorme avance, tanto para la historia (por su capacidad de inmortalizar momentos históricos) como para el arte y la sociedad. Desde los primeros fotogramas, impresos directamente sobre soportes emulsionados, hasta las fotografías digitales que guardamos en nuestros teléfonos móviles, las fotos antiguas han evolucionado a increíble velocidad desde sus orígenes hasta nuestros días.
Historia de la fotografía
Las primeras fotografías antiguas fueron en realidad fotogramas impresos sobre láminas de cuero. Para realizarlos se colocaba un objeto (una hoja, un insecto, etc.) sobre el soporte emulsionado y se exponía a la luz, logrando una silueta impresa en tamaño real. Sin embargo, los auténticos orígenes de la fotografía se establecen en 1938, cuando Louis Daguerre logra imprimir imágenes de escenas sobre superficies de cobre plateado o plata pulida emulsionadas. Al mismo tiempo, el descubrimiento de la visión estereoscópica por parte de Sir Charles Wheatstone inició el desarrollo de la fotografía estereoscópica. Siguiendo el proceso de impresión comenzado por Daguerre, en 1851 Sir David Brewster perfeccionó y comercializó las cámaras que generaban placas estereoscópicas sobre cristal. Para visualizarlas en tres dimensiones se empleaban estereoscopios. Entre tanto, 1841 William Fox Talbot inventa el calotipo, que es considerado precursor de la fotografía moderna con sistema positivo-negativo.
Durante la segunda mitad del siglo XIX predominan las fotografías y copias sobre papel albuminado; las primeras fotografías con color añadido fueron realizadas por James Clerk Maxwell en 1861. A finales del siglo XIX aparece la primera película fotográfica, comercializada por Kodak; alrededor de 30 años después salieron al mercado las primeras diapositvas. Los años 40 viven el esplendor del fotoperiodismo, la fotografía de guerra y la fotografía artística. En pocos años se lanza también la Polaroid, cámara que fotografía y revela imágenes en el mismo instante. Durante la segunda mitad del siglo XX los procesos fotográficos continúan evolucionando hasta la llegada de la fotografía digital, una auténtica revolución que ha transformado por completo el campo de la fotografía moderna.
Tipos de fotografías antiguas
Dentro de las fotos antiguas que podemos encontrar a la venta, hay distintos tipos de gran interés para el coleccionista. Podemos destacar los siguientes:
Dagerrotipos. Imágenes en blanco y negro impresas sobre metal emulsionado, realizadas durante la primera mitad del siglo XIX. La emulsión era una aleación de mercurio y plata, expuesta a vapores de yodo para hacerla fotosensible. Tras su exposición a la luz, la imagen era revelada posteriormente con vapores de mercurio.
Ferrotipo. Proceso fotográfico inventado por Adolphe-Alexandre Martín en 1853, que consiste en realizar una imagen en positivo sobre una hoja de metal ennegrecido con una emulsión de colodión.
Ambrotipos. Los ambrotipos son fotografías antiguas sobre placas de vidrio, que al igual que los ferrotipos llevaban emulsión de colodión. Fueron muy populares a mediados del siglo XIX.
Calotipo. Los calotipos son los auténticos predecesores de las fotografías modernas. Se realizaban sobre papel emulsionado que daba origen a una imagen en negativo. A partir de la primera imagen se podían realizar innumerables copias. El coste económico era mucho menor, ya que en lugar de metal el soporte era de papel.
Fotos a la albúmina. Estas fotografías se positivaban sobre papel albuminado (con una emulsión fotosensible a base de clara de huevo). Esta técnica daba lugar a fotografías de gran calidad y detalle que se revelaban mediante viraje al oro. Diseñado por Blanquart Edvard en 1850, este tipo de papel fue el soporte fotográfico más popular para realizar copias entre las décadas de los 60 y 90 del siglo XIX.
Coleccionar fotografías antiguas es una afición que cada vez tiene más adeptos. El indefinible encanto de estos objetos y su capacidad para retener en el tiempo momentos fugaces los convierte en piezas de enorme poder evocador.
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