Estilizada pagoda de marfil de procedencia china y realizada durante la dinastía Qing del siglo XIX. Se trata de un objeto decorativo y ligado al culto religioso, ya que tras las puertas superiores se esconde una figurilla que representa a Buda en actitud de meditación. La pagoda está formada por pequeñas y delicadas piezas de marfil, colocadas de manera que configuran una estructura en forma de torre. Todas y cada una de las piezas han sido talladas a mano. La pagoda está en muy buen estado de conservación. La base se encuentra ligeramente suelta pero no es necesario restaurar. En la parte superior de la construcción distinguimos un par de puertas labradas con las figuras de dos sabios en actitud de meditación, tras las cuales está ubicada la estatuilla de Buda. Las puertas están también en muy buen estado, aunque falta la pieza de cierre. En esta parte de la pagoda destaca sin duda la minuciosidad del trabajo de talla y moldeado de las piezas, desde las finas barandillas a los pequeños tiradores. La figura de Buda es también muy atractiva y delicada, destacando sin duda la concentrada expresión del rostro del sabio. Las placas de marfil están talladas a mano, representando relieves de distintos temas. Como se ha comentado anteriormente, las puertas de la pagoda representan dos figuras de sabios o dignatarios, mientras que el resto de la pieza muestra tallas con motivos florales y vegetales, entre los cuales encontramos representaciones de pájaros. Es muy probable que se trate de imágenes del Fénix Chino o Fenhuang, un pájaro de la mitología china que reina sobre el resto de las aves. El animal aparece representado en el tejado de la pagoda y también en la base. Esta pagoda de marfil es sin duda un objeto original y decorativo, lleno de gracia y de espiritualidad, que lucirá como ninguno en la repisa o la vitrina del salón más elegante. Medidas: 105 mm ancho x 290 mm alto.