Impresionante abanico chino íntegramente realizado en marfil auténtico, de la Dinastía Qing del siglo XIX. Se trata de una excepcional antigüedad que al mismo tiempo constituye una obra de arte. El marfil se presenta en placas muy finas, que a pesar de su delicadeza fueron completamente talladas formando figuras, escenas y filigranas de una precisión difícil de creer. El abanico se encuentra bien conservado si tenemos en cuenta su fragilidad y su longeva edad. Sólo muestra dos ligeros desperfectos en la cuarta varilla de la derecha, mientras que el resto de la pieza está completo y sin faltas. Las finísimas varillas de marfil muestran un entramado de líneas verticales de un grosor mínimo, casi pelos, perfectamente paralelas y regulares. Sobre ellas destacan las tallas en relieve de distintas figuras de sabios y ancianos, que evolucionan entre árboles, vegetación y pequeñas pagodas o estructuras. Algunos de estos sabios llevan libros o se encuentran en actitud de estudio. En el centro hay también un pequeño animal que parece un perro o un cordero, mientras que en la parte superior vemos más personajes, una cenefa sólo ligeramente tallada y una serie de representaciones de frutas y hortalizas. Los laterales del abanico son más gruesos y resistentes, y en cada uno de ellos hay representado un dragón. En la parte superior e inferior se encuentran también sendos personajes. Este relieve es más profundo y está muy trabajado, con gran cantidad de detalles y mucha atención a todos los rincones de la superficie. Podemos decir que apenas hay un milímetro del marfil que no lleve su propia talla. El impresionante trabajo artístico de este exclusivo abanico y la gran calidad del material en el que está fabricado lo convierten en una pieza rara y muy especial, que cualquier coleccionista del mejor arte oriental se sentirá orgulloso de poseer. Medidas: 310 mm ancho x 110 mm alto (abierto).