Atractiva figura de plata maciza que representa a un gallo, elaborada en España en los años 60 del siglo XX. Esta bonita escultura destaca sobre todo por su magnífica factura, llena de cuidados detalles y de una gran expresividad. El gallo parece estar vivo y se encuentra en una postura muy dinámica, llena de movimiento. Su expresividad se incrementa gracias a las dos gemas, granates o rubíes, que simulan los ojos del animal. Las plumas están representadas con detalle, habiendo sido grabadas en la plata todas sus fibras. También las patas del gallo tienen muy bien reflejada su escamosa piel y sus garras, mientras que el rostro del animal muestra una expresión muy viva. La sensación de movimiento que muestra esta figura es debida a la postura del gallo, que ha sido representado en el momento de caminar o de ataque. El ave lleva una pata muy alzada, a la altura del pecho, mientras que la punta de sus alas roza el suelo. La cola del gallo es suntuosa y elegante, plena de grandes plumas curvadas que llegan hasta el suelo, sirviendo además de apoyo para estabilizar la figura. La cabeza del animal es también un prodigio de belleza y expresividad: el gallo tiene el pico abierto y la cresta enhiesta, mientras que las plumas de su cuello se muestran abultadas. Sin duda, en esta figura de plata llama la atención el excelente estado de conservación en el que se encuentra y el magnífico trabajo del platero, que realizó una obra de singular realismo y naturalidad. Es un objeto elaborado íntegramente en plata maciza con excepción de las piedras de los ojos, y además de su valor intrínseco también es una pieza de gran interés estético y decorativo. Una pieza perfecta para cualquier colección. Medidas: 180 mm ancho x 180 mm alto. 250 gramos