Sobria Calculadora de Molinete Schubert en Magníficas Condiciones. Alemania, Años 50

Atractiva calculadora mecánica fabricada en Alemania en los años 50 del siglo XX por la marca Schubert. Esta calculadora es el modelo DRW y cuenta con mecanismo de molinete, similar al ideado por W. T. Odhner a finales del siglo XIX basándose en el aritmómetro de Leibniz. Su diseño es típico de las máquinas de calcular de la época, conservando todo el encanto de los mecanismos mecánicos industriales de principios de siglo. La calculadora funciona de maravilla y permite realizar las cuatro operaciones aritméticas básicas con precisión y fiabilidad. Todas las piezas se mueven con fluidez, convirtiendo el uso de la máquina en un placer para su propietario.En la parte delantera de la máquina, a la izquierda podemos ver el elegante logotipo de la firma Schubert grabado en el metal y esmaltado en blanco. La empresa fue fundada en la localidad alemana de Rastatt en 1911 por Emil Schubert, antiguo empleado de la marca Triumphator. La primera calculadora producida por la empresa fue la famosa Thales, todo un icono en el campo de los aritmómetros de la primera mitad del siglo XX. En los años 30 Schubert perdió el control de la compañía, pero tras la guerra retomó la actividad y fundó una nueva marca, esta vez con su propio apellido. La calculadora que vemos en las imágenes es un ejemplo de la calidad de las máquinas Schubert de la época. Esta hermosa máquina lleva carcasa de metal con acabado gris martelé, original de la época y en magníficas condiciones. Las piezas móviles son de metal cromado, mientras los mandos y los punteros están fabricados en baquelita verde. La empuñadura de la manivela es de madera maciza, con un atractivo acabado brillante. En la parte posterior de la calculadora podemos ver una placa de metal fijada a la carcasa con remaches donde aparece grabado el modelo (DRW) y el número de serie de la máquina: 157893, así como el nombre de la empresa y de la ciudad donde se ubicaba la fábrica. Esta fantástica calculadora antigua conserva todo su esplendor original y funciona de maravilla, por lo que es digna de todo un museo de la tecnología.