C-902
Antigua calculadora de molinete Thales A1 en excelente estado de funcionamiento. Pieza con encanto. Totalmente original.
Antigua calculadora de molinete Thales A1 en excelente estado de funcionamiento. Pieza con encanto. Totalmente original.
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Antigua Calculadora Mecánica Thales A1. Alemania, Años 20
Antigua calculadora de molinete Thales A1 en excelente estado de funcionamiento. Pieza con encanto. Totalmente original.
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Antigua Calculadora Mecánica Thales A1. Alemania, Años 20
Preciosa y antigua calculadora mecánica Thales A1 fabricada en Alemania en los años 20. Esta fascinante máquina con mecanismo de molinete funciona perfectamente, permitiendo realizar operaciones aritméticas. El acabado esmaltado en negro de la carcasa de metal aparece ligeramente desgastado, algo lógico en una máquina con cerca de un siglo de antigüedad. El paso del tiempo y el uso han hecho mella en su estética, pero la calculadora funciona muy bien y conserva todo el encanto de las máquinas de oficina de principios del siglo XX.
La carcasa de metal esmaltada en negro lleva números e inscripciones grabados, pintados en colores blanco y rojo. Las piezas móviles son de metal cromado, mientras que la empuñadura de la manivela es de baquelita blanco hueso. La calculadora se alza sobre cuatro patas de caucho naranja que le aportan estabilidad. En la parte delantera, junto a los números podemos ver el nombre de la marca Thales grabado y pintado en blanco. Por la parte posterior, la calculadora lleva una placa de metal con el nombre y la dirección de la tienda donde se vendió la máquina en origen.
El excelente rendimiento y la atractiva estética de esta antigua calculadora mecánica Thales A1 hacen de ella una pieza exclusiva, el regalo perfecto para un amante de las máquinas de época.
Medidas: Ancho Superior: 13 cm. Ancho Máximo (sin manivelas): 18 cm. Fondo: 11 cm. Altura: 9,5 cm.
Historia de las Calculadoras Thales
Las calculadoras Thales se comenzaron a fabricar en 1911, cuando Emil Schubert, encargado de la compañía Triumphator-Werke, decidió fundar su propia empresa de máquinas de calcular junto con L. Haberer. Sin embargo, el éxito de las calculadoras Thales se debió en su mayor parte a Max Mueller, un hombre con gran talento para los negocios. En 1933, Mueller fue condenado por malversación y dejó la empresa, y solo tres años después el partido nazi obligó a Schubert a abandonar también la compañía sin llevarse las patentes. Tras la Segunda Guerra Mundial Max Mueller volvió a liderar la firma Thales-Werke, esta vez ubicada en Rastatt. Sus calculadoras volvieron a ser un éxito de ventas y se mantuvieron en el mercado hasta finales de los años 60, cuando la empresa cesó la producción.