Bella cámara fotográfica antigua, bien conservada y en estado de funcionamiento. Se trata de una cámara de campo, así llamada por haberse diseñado para tomar fotografías sobre el terreno. Es un modelo plegable y compacto, fácil de trasladar y manipular. La cámara fue fabricada en Ginebra, Suiza a finales del siglo XIX (circa 1890) y ha llegado a nosotros completa y en muy buenas condiciones. El cuerpo está fabricado a base de piezas de madera de caoba maciza, mientras que el fuelle de color granate es el original, al igual que el objetivo y los herrajes de latón. El objetivo es regulable y la cámara se presenta con un chasis. En la parte frontal de la cámara encontramos una pequeña placa de color blanco con el nombre de la empresa fabricante y la ciudad donde se ubicaba la compañía: RAUSER & CO FABRICANTS GENÉVE. Las piezas de caoba maciza que conforman la carcasa de la cámara está cuidadosamente cortadas a medida para lograr un encaje perfecto. Las uniones en las esquinas llevan ensamblajes en cola de milano, pequeños y delicados, que aportan solidez a los distintos componentes. La unión entre la tabla de la base y la parte delantera está reforzada mediante dos piezas de latón dorado en forma de L, atornilladas en los costados de la cámara. Las bisagras, el objetivo, el asa y el resto de los herrajes de la máquina fotográfica también son de latón dorado. El metal se encuentra en estupendo estado de conservación, sin rastros de óxido y con un aspecto liso y brillante. El cristal ahumado situado en la trasera de la cámara es también el original y está íntegro, en perfectas condiciones. La cámara se puede recoger formando un discreto y elegante maletín de madera, perfecto para ser transportado con comodidad y así poder emplear la máquina en cualquier lugar. Por su excelente estado de conservación y su intrínseca belleza, esta cámara de campo está destinada a brillar en una gran colección dedicada a la fotografía antigua. Medidas: Ancho: 38,5 cm. Alto: 31 cm.