Impresionante sable de oficial de caballería realizado en Toledo (España) en el año 1.854. Se trata del modelo 1840, una pieza importante, tanto por su belleza y su antigüedad como por el magnífico estado de conservación que muestra. El sable va acompañado por la vaina original. En la hoja podemos distinguir una inscripción grabada en el metal, con elegante caligrafía en minúsculas y que dice: Artillería. Fábrica de Toledo. Año 1854. Este sable llama la atención por su solidez, su elegancia y la belleza de su empuñadura. El guardamano es una pieza muy singular; se trata de un guardamano de lujo, realizado en metal profusamente labrado con motivos vegetales haciendo calados. Las formas de las hojas que se entrelazan están realzadas por el delicado tono dorado del metal, que se conserva pulido, brillante y sin signos de deterioro. La antigüedad y noble presencia de este sable hacen de él una pieza excepcional, digna de figurar en la pared del salón más aristocrático o en la colección de un auténtico conocedor del mundo de las espadas antiguas. Las espadas toledanas tienen desde hace siglos fama mundial, por haber sido forjadas desde siempre en un acero excepcional. El origen de la tradición viene ya desde el siglo V a.C., cuando los herreros toledanos comenzaron a forjar las primeras espadas del lugar, a las que llamaron falcatas. Fueron las espadas que escogió Aníbal para equipar a su ejército en la lucha contra las legiones romanas. A día de hoy, muchos amantes de las armas blancas acuden a Toledo desde todas las partes del mundo para comprar o encargar modelosMedidas: 1.300 mm largo.