Pareja de dagas españolas fabricadas en el siglo XIX. Este conjunto es sin duda una preciosa antigüedad, que ha llegado hasta nosotros en muy buen estado de conservación. Las dagas tienen la hoja y la cruz realizada en acero, mientras que las cachas son muy bellas, fabricadas en latón pulido y hueso. Las dos dagas son prácticamente iguales salvo por la cruz, que en una de las dagas está labrada con unas muescas mientras que en la otra es totalmente lisa. Ambas muestran en el centro una perforación con forma rectangular y alargada, con los extremos rematados por orificios circulares. Las cachas de las dagas son muy hermosas y sencillas, con detalles decorativos de gran delicadeza. El latón y el hueso recubren una base de madera, que puede verse a través de los calados rectangulares practicados en el metal. Además, la bruñida superficie está decorada con finos grabados en forma de cenefas ondulantes en zigzag. Entre las tiras de hueso que se combinan con el metal, el latón ha sido recortado creando formas geométricas. La combinación de ambos materiales crea unas empuñaduras muy bellas y especiales, típicas de la época en la que las dagas fueron realizadas. El buen estado en que se encuentran ambas dagas es también destacable. El hueso se conserva íntegro, sin partes desaparecidas, y el latón está liso y brillante. Este tipo de dagas eran de uso habitual entre los varones españoles del siglo XIX, que siempre llevaban uno encima para darle múltiples usos. De hecho, son el origen de las actuales navajas. Estas dagas españolas son sin duda un conjunto excepcional, una pareja de armas antiguas llenas de solera y de preciosa factura artesanal. Son todo un hallazgo para cualquier amante de las espadas antiguas, y lucirán con todo su esplendor en la vitrina más elegante. Medidas: 325 mm largo.