Impresionante fonógrafo antiguo para cilindros de cera, fabricado en Francia en el año 1903 por la firma Pathe Fréres, primer modelo de la historia. Este excepcional aparato es un artículo original de la época, con todas sus piezas y componentes originales. El fonógrafo ha sido revisado y ajustado, de manera que a día de hoy funciona a la perfección. Para poder escucharlo se acompaña de un cilindro original de la época en su precioso estuche de cartón. El fonógrafo es un Pathé Nº0 de madera y aluminio, con un gran poder decorativo y evocador, perfecto para destacar en un salón o estudio. El logotipo de la compañía fabricante, Pathe Fréres, aparece grabado en distintas piezas del fonógrafo. Se trata de un gallo cantando, que podemos ver claramente grabado en el metal e impreso en la cubierta de madera, como parte de una hermosa etiqueta roja de estilo modernista. El gallo va acompañado del lema de la marca: Je Chante Haut et Clair (Yo canto alto y claro). Los inicios de la firma Pathe Fréres se remontan al año 1894, cuando Charles Pathe decidió adquirir un fonógrafo Edison para llevarlo a las distintas ferias y obtener dinero a cambio de reproducir cilindros de 2 minutos. La empresa tuvo éxito, y al poco tiempo Charles decidió empezar a comprar y vender fonógrafos. En 1896 su hermano Emile se unió al negocio, que adquirió su nombre definitivo: Pathe Fréres. La firma creció de forma exponencial, llegando a fabricar sus propios cilindros, fonógrafos, gramófonos y discos hasta los años 30 del siglo XX. Este hermoso aparato lleva una gran trompeta de aluminio muy bien conservada, y un reproductor original en el que podemos ver de nuevo el logotipo del gallo, esta vez en color dorado. El fonógrafo se asienta sobre una base de madera de haya con borde fresado, y va protegido por una cubierta del mismo material con bellas esquinas en cola de milano. La cubierta está muy bien conservada y el asa de transporte es la original, así como los ganchos de cierre. El cilindro que acompaña al fonógrafo es de la marca Edison y suena perfectamente, encontrándose protegido por su atractivo estuche original de cartón. Este fonógrafo de principios de siglo es una fantástica antigüedad y una pieza muy decorativa, funcional y nostálgica.