Antigua Máquina de Escribir Stoewer. Alemania, 1926

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Antigua Máquina de Escribir Stoewer. Alemania, 1926

Antigua máquina de escribir Stoewer fabricada en Alemania en 1926, muy bien conservada y funcionando. Se trata de un modelo portátil, una de las piezas que mayor éxito tuvo en la producción de la empresa alemana. La máquina presenta un buen estado de funcionamiento, pudiéndose emplear perfectamente para mecanografiar todo tipo de documentos. El cuerpo de la máquina es de hierro fundido, con el esmalte negro original de época en muy buenas condiciones.

En la parte frontal, justo sobre el teclado podemos ver el nombre STOEWER en claras letras mayúsculas doradas; este nombre se repite sobre el carro. Las letras se encuentran en magnífico estado de conservación y destacan con fuerza sobre el fondo oscuro del esmalte. El teclado está formado por piezas circulares, con fondo blanco y símbolos en negro. Las teclas están muy bien conservadas, y llevan el característico anillo niquelado que las refuerza y embellece. Se trata de un teclado alemán. En la parte trasera de la máquina hay una pequeña placa de metal con el número de serie grabado. El número está parcialmente borrado, conservándose casi completo.

Esta antigua máquina de escribir Stoewer es una pieza de época, tan decorativa como original. Es sin duda merecedora de un lugar especial en cualquier ámbito.

Historia de las Máquinas Stoewer

En 1858, Bernhard Stoewer fundó una fábrica de máquinas de coser bajo el nombre de Nähmaschinenfabrik Bernhard Stoewer A.G. La fábrica estaba ubicada en la localidad alemana de Stettin. Los primeros años fueron complicados para el negocio, ya que por aquel entonces la máquina de coser era un artículo prácticamente desconocido. Con el tiempo, el negocio fue creciendo y en 1883 la producción de máquinas alcanzó las 18.000 unidades. Entonces, la compañía decidió ampliar el negocio a la fabricación de máquinas de escribir: para ello contrataron al ingeniero y diseñador Paul Grützman, y en 1903 la empresa lanzó su primer modelo. La compañía se dedicó a fabricar máquinas de escribir de mesa y portátiles, llegando a comercializar alrededor de 135.400 unidades en total. La I Guerra Mundial supuso un alto en la producción; además, el fuerte crecimiento de la competencia y la Gran Depresión de los años 30 afectaron profundamente al negocio. El negocio cerró en 1933, y posteriormente la firma Rheinmetall asumió la producción de sus máquinas de escribir portátiles.