Estas impresionantes esposas de hierro fundido constituyen un artículo muy raro y especial, por su gran antigüedad y su buen estado de conservación. Las esposas datan de principios del siglo XIX (circa 1800) y muestran un estado excelente. Todas las piezas que las forman son las originales, así como la llave que acompaña al artículo. Funcionan bien, pudiéndose abrir y cerrar sin problemas. De diseño sólido y resistente, su impactante estética resulta muy interesante para exhibirla en una vitrina o colección de antigüedades curiosas.Las esposas tienen forma de semicírculo o estribo, con la parte curva unida a la cadena que las conecta entre sí. La parte exterior de ambas esposas, abierta, se cierra mediante una pieza cónica y hueca con orificio roscado. Este orificio permite la inserción de la llave, también de hierro fundido: cuando se gira, las esposas se cierran de forma automática y aprisionan firmemente las muñecas del portador. El sistema de cierre funciona perfectamente, pudiéndose abrir y cerrar a voluntad. Tanto las esposas como la llave llevan grabado el número 34.Para unir ambas piezas, cada esposa cuenta con una pestaña saliente perforada que se engancha a su respectiva argolla de hierro. Las argollas están conectadas con una pieza de hierro parecida a un mosquetón o perrillo, soldada y rematada de forma segura y fiable. El estado del hierro es bueno, con ligeros rastros de herrumbre que no suponen un peligro para su estabilidad: más bien le aportan una pátina antigua muy atractiva, que forma parte del interés estético de la pieza. La superficie muestra las marcas del trabajo del herrero, creando un artículo lleno de personalidad. Estas fantásticas esposas antiguas llamarán la atención de todo el mundo, como parte de una buena colección o expuestas en solitario. Medidas: Ancho: 7 cm. Longitud: 26 cm.