Preciosa pareja de candeleros franceses en magnífico estado de conservación. Son muy antiguos, datando del año 1.880. Su sobrio diseño y la calidad de sus materiales los convierten en piezas excepcionales, perfectas para decorar una repisa, un estante o una preciosa mesa de comedor. Los candeleros son además muy antiguos y destaca sobremanera su excelente estado de conservación. Todas las piezas son originales, salvo dos tornillos que aparecen en la base de uno de los candeleros y que se han colocado para afianzar la sujeción del vástago a la base. Sin embargo, se trata de un detalle imperceptible que no afecta en ningún modo a la elegancia y la belleza de estas antiguas piezas. Los candeleros están realizados en bronce, combinado con una pieza blanca de forma rectangular que sirve como base a los soportes de las velas. El contraste entre el tono blanco marfil de la pieza y el brillo dorado y cálido del metal es sin duda uno de los rasgos más atractivos de los candeleros. El bronce está labrado y tallado con elegancia formando volutas y ondas barrocas por toda la superficie de metal. Las ondas se combinan con motivos vegetales estilizados y formas de concha. Se trata de una decoración muy sutil y elegante, que convierte a estos candelabros en piezas de excepcional belleza decorativa. El metal está en perfecto estado, mostrándose tan brillante y pulido como el primer día. Las piezas blancas también se muestran impecables, sin rastros de manchas ni grietas. Los candelabros son estilizados y su altura los convierte en una pieza que destacará en la decoración de cualquier rincón del hogar. Sin duda están destinados a pertenecer a un auténtico amante de la belleza, las antigüedades y las piezas decorativas más elegantes y exclusivas. Medidas: 125 mm ancho x 275 mm alto.