Niño Tocando El Acordeón. Gran pintura original del artista Juan Ripollés, uno de los nombres claves de las vanguardias españolas del siglo XX. Este magnífico lienzo muestra el estilo personal y característico del artista de Alzira (Valencia) y es una obra llena de color, potencia y belleza. En la pintura, realizada con la técnica mixta que caracteriza gran parte de la obra pictórica de de Ripollés, podemos ver la imagen de un niño con un acordeón. La imagen tiene una clara influencia cubista, y también se percibe en ella la influencia de artistas como March Chagall. La paleta predominante en ella es la de los azules, creando una obra de gran potencial decorativo. El artista, Juan Ripollés, es un nombre fundamental en la historia del arte de vanguardia español. Nacido en Alzira (Valencia) en 1932, Ripollés vivió una infancia difícil que sin embargo no dio al traste con su vocación: ser pintor. En su juventud emigró a Francia con el objetivo de hacer realidad su sueño, y en cuatro años consiguió que la prestigiosa galería parisina Drouand David (donde habían expuesto también Picasso y Chagall, entre otros artistas de prestigio) exhibiese sus obras. A partir de ese momento, Ripollés pasó a convertirse en un nombre clave del arte contemporáneo europeo. En los años 60 el artista regresó a Alzira, donde actualmente sigue produciendo obra. Sus trabajos han sido expuestos por todo el mundo, y varias ciudades españolas y europeas muestran esculturas de Ripollés en sus espacios públicos. El lienzo que nos ocupa representa la imagen de un acordeonista, realizada en tonos fríos entre los que destacan los azules. El acordeón es amarillo con botones rojos y teclas blancas y negras. El instrumento muestra claramente la influencia del cubismo en la obra de Ripollés. Lo mismo sucede con el rostro del músico, realizado combinando varias visiones frontales y alternativas. Las diferentes áreas de color del cuadro están silueteadas con el blanco del lienzo de fondo, en el que se percibe la fina línea de carboncillo del esbozo inicial. Este detalle, así como el salpicado que contrasta con los tonos de fondo, son rasgos inconfundibles del estilo de Juan Ripollés. El cuadro, firmado en su esquina inferior derecha, va acompañado de una fotografía del autor con la obra en la que se ve la siguiente inscripción autografiada: Certifico que este cuadro lo he pintado yo. Ripollés. Esta pintura original de Juan Ripollés no solo es una obra muy decorativa, sino que constituye además un pedazo de la historia del arte español de las últimas décadas. Medidas: Ancho: 89 cm. Alto: 116 cm.