Este precioso reloj de pared es una pieza antigua y señorial, un diseño muy elegante creado por la marca relojera alemana Gustav Becker a finales del siglo XIX (circa 1890). El reloj responde al tipo conocido como Viena, que fue el primer modelo fabricado por la marca. Se encuentra en magnífico estado de conservación, habiendo sido restaurado de forma profesional hasta el último detalle. Por esta razón, la caja de madera luce preciosa y resalta gracias al delicado barnizado a muñequilla que la protege y decora. La maquinaria también ha sido limpiada y ajustada para garantizar un funcionamiento impecable: el reloj da las horas y las medias de forma precisa y con un atractivo sonido. La caja del reloj es de madera de nogal maciza, de sobrio diseño y con detalles ornamentales tallados a mano que aumentan su atractivo. Lleva columnas laterales que flanquean la puerta de cristal, a través de la cual podemos ver el péndulo y las pesas de latón. Está rematada por un copete tallado y torneado, con finas piezas cuyo estilo se repite en la parte inferior del reloj. La esfera es blanca, con el segundero clásico de los relojes tipo Viena y números romanos en color negro. Las bonitas agujas de filigrana negra completan el elegante efecto de esta pieza. La maquinaria está firmada por Gustav Becker y lleva el sello de la medalla de oro característico de la firma; también podemos ver el número de serie 114109 grabado en el metal. Por su elegancia y su buen funcionamiento, este maravilloso reloj de pared antiguo merece pertenecer a un gran amante de los relojes con clase.
Medidas: Ancho: 42 cm. Alto: 126 cm.
Historia de Gustav Becker
Gustav Becker empezó su carrera como aprendiz de distintos relojeros de renombre, establecidos por toda Alemania. Durante el tiempo que pasó en Viena decidió fundar su propia fábrica de relojes: el negocio vio la luz en Friburgo, en el año 1847. Su estancia en la capital de Austria es la razón de que muchos de los relojes de la marca sean precisamente de tipo Viena, modelo con el que comenzó su trayectoria como fabricante. En 1852 el negocio despegó definitivamente tras obtener la Medalla de Oro al Diseño en la Exposición Comercial de Silesia. A partir de ese momento, Becker incluyó la medalla y las iniciales GB a su distintivo. En 1860 Becker empezó a crear sus relojes Clásicos Gustav Becker, que se convirtieron en piezas muy decorativas y complejas. En 1875 las ventas alcanzaron picos de más de 300.000 encargos. En los años 80 del siglo XIX los fabricantes de relojes de la Selva Negra empezaron a fabricar modelos más baratos de buena calidad, lo que hizo que la fábrica de Becker tuviese que volver a fabricar relojes más sencillos y económicos. Becker falleció en 1885; Tras la II Guerra Mundial, la producción se trasladó a Polonia; aunque Junghans continuó existiendo en Alemania del Este, los relojes bajo la marca Gustav Becker se dejaron de fabricar.