E-137
Elegante reloj de sobremesa de bronce dorado al mercurio, circa 1840, en perfecto estado de funcionamiento.
Elegante reloj de sobremesa de bronce dorado al mercurio, circa 1840, en perfecto estado de funcionamiento.
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Precioso Reloj de Sobremesa Antiguo de Bronce Dorado. Francia, circa 1840
Elegante reloj de sobremesa de bronce dorado al mercurio, circa 1840, en perfecto estado de funcionamiento.
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Precioso Reloj de Sobremesa Antiguo de Bronce Dorado al Mercurio. Francia, circa 1840
Este precioso reloj de sobremesa, fabricado en Francia circa 1840, es una pieza excepcional que destaca por su elegante diseño y su magnífica conservación. Realizado en bronce dorado al mercurio, técnica que le confiere un brillo y una durabilidad inigualables, este reloj no solo es un testimonio del arte y la ingeniería del siglo XIX, sino también una obra de arte que embellecerá cualquier estancia.
La estructura del reloj es robusta y detalladamente decorada. En la parte superior, encontramos una figura alada representada con una precisión asombrosa, que corresponde a Amor (Cupido) de la mitología griega, sosteniendo una pala, evocando imágenes de jardinería y fertilidad, elementos simbólicos de crecimiento y renovación. La figura está esculpida con gran detalle, desde las suaves plumas de las alas hasta los pliegues del vestido, transmitiendo una sensación de movimiento y vida.
Encima de la caja del reloj, se alza un jarrón ricamente adornado con motivos florales. Este jarrón no solo añade altura y elegancia a la pieza, sino que también simboliza la abundancia y la belleza natural. La minuciosidad con la que se han trabajado los detalles florales resalta la maestría del artesano que creó este reloj.
A ambos lados del reloj, podemos observar herramientas de jardinería cruzadas, entre ellas un rastrillo y una azada, que refuerzan la temática de jardinería y trabajo en la tierra. Estas herramientas, junto con el cesto de flores que se encuentra a un lado de la base, añaden un toque de realismo y conexión con la naturaleza, elementos muy apreciados en la decoración de la época.
El frontal del reloj está dominado por una elegante esfera esmaltada en blanco con números romanos negros, lo que facilita la lectura de la hora. Las agujas, finamente trabajadas, mantienen su diseño original y complementan la estética general del reloj. La maquinaria, equipada con suspensión de hilo, está en perfecto estado de funcionamiento, asegurando que el reloj dé las horas y las medias horas con precisión sobre una campanilla, llenando el ambiente con un sonido suave y agradable.
La base del reloj está ricamente decorada con motivos florales y una escena central que representa a Psique y Amor, personajes de la mitología griega. Esta escena es un homenaje al mito de la unión del alma (Psique) con el amor (Amor), plasmando un momento de íntima interacción entre ambas figuras. Estos motivos están rodeados de intrincados diseños de follaje y flores, todo ello en relieve, que demuestran la destreza y el arte del maestro que creó esta pieza.
Este reloj de sobremesa no solo es un instrumento funcional sino también una pieza decorativa de alto valor estético. Su diseño detallado y su impecable estado lo convierten en una inversión segura para coleccionistas y amantes de las antigüedades. Colocarlo en un salón, estudio o biblioteca no solo añadirá un toque de distinción, sino que también servirá como un punto de conversación, fascinando a cualquier visitante con su historia y su belleza.
No pierdas la oportunidad de adquirir este reloj, que no solo embellecerá cualquier espacio, sino que también mantendrá viva la tradición de la alta relojería francesa.
Medidas: 39,5 cm (15,55 in) de alto, 26 cm (10,24 in) de ancho, 9,5 cm (3,74 in) de fondo.
Historia de los Relojes de Bronce Dorado:
Los relojes de bronce dorado se popularizaron en Francia durante el siglo XVIII y XIX, especialmente en la era de Luis XVI y el Primer Imperio. La técnica del dorado al mercurio, utilizada para cubrir estos relojes, consistía en aplicar una amalgama de oro y mercurio sobre el bronce, y luego calentarla para evaporar el mercurio, dejando una capa de oro adherida. Este proceso, aunque tóxico, producía una superficie dorada brillante y duradera. Los relojes de esta época no solo eran instrumentos de precisión, sino también obras de arte que demostraban la riqueza y el gusto refinado de sus propietarios. Se convirtieron en piezas centrales de la decoración de interiores, simbolizando estatus y sofisticación.