Este bellísimo conjunto de reloj de sobremesa y candelabros, realizado en bronce, fue fabricado en Francia en el siglo XIX. A pesar de tener más de cien años de antigüedad, las tres piezas han llegado a nosotros en excelentes condiciones. Los candelabros están en perfecto estado, mientras que el reloj ha sido cuidadosamente revisado y a día de hoy funciona a la perfección, dando las horas y las medias. El conjunto es de una belleza estética fuera de lo común, resultando perfecto para decorar. El reloj muestra un diseño clásico de inspiración versallesca. Sobre la base de cinco patas se alzan una serie de complicados adornos decorativos, realizados con gran atención al detalle. La esfera es de porcelana y lleva números romanos para las horas, y arábigos para los minutos. En su parte superior podemos ver el nombre H. BOSSERT escrito en negro. La maquinaria del reloj lleva inscrito el número de serie 1055 dentro de una forma similar a la de un corazón. También podemos ver el sello del fabricante, JAPY FRERES & Cie., grabado claramente en el metal. Incluye su péndulo y su llave. En cuanto a los candelabros, su diseño sigue la elegante línea del reloj: tienen cinco luces cada uno y llaman la atención por su estilizada y armoniosa línea. Este conjunto de reloj de sobremesa y candelabros se convertirá en el protagonista de la decoración.
Medidas: Reloj: Ancho: 30 cm. Alto: 55 cm. Candelabros: Ancho: 14 cm. Alto: 58 cm.
Historia de Japy Freres
Frédéric Japy (1749-1812) fue un pionero en el campo de la industrialización y la fabricación moderna, no solo de su propio campo (relojería) sino en general. En principio, los relojes de su empresa se realizaban de forma individual y a mano, pero entre 1770 y 1812 Japy creó líneas de producción concentradas en un solo lugar, su fábrica de Beaucourt (su ciudad natal). En muy poco tiempo la producción se duplicó. En 1806, tres de sus hijos (Pierre, Fritz y Louis) entraron en el negocio y fundaron la marca Japy Freres. Los años dorados de la dinastía Japy se extendieron ente los años 30 y 50 del siglo XX, durante los cuales fabricaron relojes que el hombre normal pudiera comprar. La empresa también creó máquinas específicas para este trabajo, y adaptó las ya existentes. Con el aumento de la velocidad de producción, Japy Freres consiguió numerosos contratos para fabricar relojes para distintos ejércitos.